Infeliz el que vive sin soñar. Infeliz el que se despierta cada mañana como si sus vivencias no le perteneciesen. Infeliz el que no cree poder cambiar su vida y sus experiencias. Infeliz el que vive al día, como si su destino ya estuviese escrito y destripado de ante mano, viviendo una vida que en realidad no es suya. Infeliz el que no lee, el que no lucha, el que se esconde por miedo a que le hagan daño, el que evita el amor por miedo al fracaso... infeliz el que se rinde antes de tiempo, el que no evoluciona en base a lo que vive. Infeliz el que crece olvidando su pasado, el que abandona al niño que hay en él, sin querer entender sus raíces y sus miedos. Infeliz el que no lucha por su crecimiento personal y su autoconocimiento, pues no hay mayor carga que castigarse toda la vida por un pasado que uno no entiende.