martes, 6 de enero de 2015

Nunca subestimes lo que cabe en un silencio.

Nos educan diciéndonos que las cosas se consiguen con esfuerzo, y que, junto a esas cosas, llegará la felicidad. La verdad, yo creo que eso es una gran mentira. Una mentira socialmente aceptada, universalmente determinada, pero una mentira al fin y al cabo. Yo no creo para nada en el esfuerzo como camino para hacer algo. No creo que haya que esforzarse, sino que hay que dedicarse, que no es lo mismo. La dedicación a algo, la apuesta de todo lo que soy al servicio de un proyecto, no es un esfuerzo. Yo no creo en el esfuerzo, en el sentido de forzarme a hacer lo que no quiero hacer. No creo en los logros que se consiguen desde el esfuerzo. Creo en la elección de un camino. Pues es la dirección la que infunde el sentimiento de progreso, más que el logro en sí.

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